Traté a mis empleados como amigos… y no fue buena idea. No cometas el mismo error Construir amistades duraderas con los empleados es difícil. Establecer límites te ayudará a mantener la autoridad y a construir relaciones sólidas.
Por Andrew Plato
Key Takeaways
- Tus empleados no son tus amigos. Establece límites profesionales para conservar la autoridad y el respeto. Ser amable no debe interferir con ser exigente.
- Los empleados interpretan tu comportamiento a través de las dinámicas de poder. Incluso las acciones bien intencionadas pueden malinterpretarse.
- El liderazgo efectivo implica exigir responsabilidad mientras demuestras interés genuino por el crecimiento y éxito de tu equipo.
- Sé profesional en todo momento. No descargues tus frustraciones con los empleados, protege tu privacidad y establece límites claros entre el trabajo y la vida personal.
Las opiniones expresadas por los colaboradores de Entrepreneur son personales

Al inicio de mi carrera como fundador y CEO, yo deseaba desesperadamente que mis empleados me quisieran. Creí que si mostraba mi "yo verdadero", podría generar vínculos más fuertes con el equipo. Aunque mis intenciones eran buenas, rara vez funcionó.
Tuve que aprender (y reaprender) una lección fundamental de liderazgo: tus empleados no son tus amigos. La autoridad propia de tu cargo crea barreras para formar amistades sanas. Peor aún, algunos empleados pueden aprovechar tu amabilidad para socavar tu autoridad. Me ocurrió hace años, y cuando pasó, me devastó.
Durante un congreso de la industria, en la última noche, hubo una fiesta con DJ, juegos y comida. Reté a un empleado a una competencia de videojuegos, la cual gané, y luego exageré mi victoria como lo haría con mis amigos. Pero el empleado contó una versión muy distinta: dijo que lo humillé. Cuando escuché ese relato, me impactó, yo pensaba que solo estábamos divirtiéndonos.
Mi coach de liderazgo me ayudó a ver que, como líder, siempre estás "en escena". Todo lo que haces se filtra por la percepción de poder. Cuando pides cuentas a un empleado (algo básico), es fácil que tu amabilidad parezca invasiva o falsa.
Como líder, eres completamente responsable de crear y mantener un clima de trabajo productivo, positivo y de apoyo. Esto significa que no solo debes exigir a tu equipo que cumpla con sus responsabilidades, sino también construir relaciones sanas con cada uno de los miembros. Estas dos exigencias a menudo entran en conflicto. Debes encontrar un buen equilibrio entre ser accesible y ser exigente. Si te inclinas demasiado hacia cualquiera de los extremos, tu autoridad y el respeto que generas pueden verse afectados.
Los límites te ayudan a mantener ese equilibrio. Aquí tienes algunas estrategias para establecer límites saludables con los empleados.
Sé el líder que tu perro cree que eres
Este gracioso dicho encierra una verdad profunda: los empleados te juzgan por cómo los tratas, no por lo que logras. Puede que no les agrade cuando los presionas, pero sí valorarán que te preocupes por su crecimiento. Dales retroalimentación positiva, reconoce sus logros y mantén una actitud constructiva.
Mantén la cabeza fría
Es normal sentirse frustrado, pero nunca descargues esas emociones con tus empleados. Hazlo con tus amigos, un terapeuta o un mentor. Si lo haces con tu equipo, destruirás la confianza. Incluso con los empleados que más te irritan, mantén una actitud firme pero positiva.
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Adopta una mentalidad de crecimiento
Culpar a otros daña el entorno laboral. Como líder, debes dejar atrás la culpa y enfocarte en aprender. Cada error puede ser una oportunidad para mejorar procesos y crecer, si lo enfrentas con la actitud correcta.
El poder del silencio
El silencio es un poderoso límite. Deja que los empleados hablen, especialmente cuando algo no está bien. Resiste la tentación de decirles qué está mal o cómo deben solucionarlo. En lugar de eso, muestra curiosidad y haz preguntas, permíteles asumir la responsabilidad.
Además, cuando hagas una pregunta difícil, guarda silencio y dales tiempo para responder. Puede resultar incómodo, pero el silencio les da espacio para asumir la responsabilidad.
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Protege tu privacidad
Tu privacidad es un límite fundamental, tu vida personal no debe formar parte de la conversación laboral. Evita temas sensibles como la política, la religión, la sexualidad o tu situación económica, ya que pueden generar conflictos o resentimientos innecesarios.
Tanto en el trabajo como en contextos sociales, anima a los empleados a hablar sobre ellos mismos y mantén tu vida privada reservada. Esto fortalece la relación y te hace más accesible.
Establece límites claros entre el trabajo y la vida personal
La privacidad de tus empleados es tan importante como la tuya. Tu autoridad sobre ellos termina en el momento en que salen del trabajo. Ese es un límite sagrado que, como líder, debes respetar.
Evita emitir juicios sobre lo que hacen, o dejan de hacer, fuera del horario laboral. Si necesitas contactarlos después del trabajo, agradéceles sinceramente por su tiempo.
Socializa con estrategia
Salir con el equipo puede ser positivo, sin embargo, debes mantener una actitud profesional en todo momento. Recuerda, sigues siendo su jefe incluso fuera del trabajo o en contextos sociales.
Cuida tu consumo de alcohol y evita temas divisivos. Si vas acompañado, asegúrate de que tú y tu pareja mantengan una imagen alineada.
Evita las competencias
Deja que tus empleados ganen. Si compites con ellos, que sea solo por diversión. Nunca apuestes dinero y evita presumir después de ganar, para no generar percepciones negativas. Si participas en actividades físicas como jugar básquetbol o hacer ejercicio, recuerda que sigues siendo su jefe. Un comportamiento demasiado agresivo o confrontativo puede trasladarse al entorno laboral y provocar reacciones negativas.
Eres el jefe, siempre. Después del trabajo, en eventos sociales, todo el tiempo. Puedes tener relaciones cordiales con tu equipo, pero las verdaderas amistades son difíciles de construir. Los límites te protegen a ti y a ellos, te permiten mantener el respeto y ejercer liderazgo sin perder la cercanía.
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