Todo emprendedor termina por darle un giro a su negocio — pero en la era de la IA, las apuestas nunca han sido tan altas Cuándo y cómo hacer un giro son preguntas que todo emprendedor debe enfrentar. Aquí te explicamos cómo hacerlo.
Por Aytekin Tank
Key Takeaways
- Un giro bien ejecutado puede salvar a una empresa de la obsolescencia, como lo demuestran (y nos advierten) los casos de Kodak, Blockbuster y Nokia.
- Según los datos, las startups que implementan uno o dos ajustes estratégicos experimentan un crecimiento significativo en su base de usuarios y disminuyen el riesgo asociado con un crecimiento prematuro.
- Los líderes actuales deben considerar el auge de la IA generativa e integrar nuevas tecnologías de forma estratégica, aprendiendo de las transformaciones tecnológicas del pasado.
Las opiniones expresadas por los colaboradores de Entrepreneur son personales

Dar un giro puede significar la diferencia entre la vida y la muerte de un negocio. Aquellos que no lo hicieron tienen epitafios tristes: Kodak: "Se aferró al rollo fotográfico cuando las fotos digitales se volvieron reinas." Blockbuster: "Ignoró el streaming mientras Netflix reescribía el guion." Nokia: "Conectaba a las personas, pero perdió la carrera de los smartphones."
Cambiar de rumbo a mitad del camino puede ser doloroso, pero como muestran los ejemplos anteriores, la alternativa es mucho peor. Imagina un barco cuyo capitán nota que una gran tormenta se está formando en el horizonte. Claro, la ruta ha sido trazada con cuidado. Pero continuar sin considerar las nuevas condiciones sería, evidentemente, una locura.
Cuándo dar un giro y cómo hacerlo son decisiones que todo emprendedor debe tomar. Aquí te explicamos cómo lograrlo.
¿Girar o no girar?
A veces es necesario darle un giro estratégico a tu negocio, pero tampoco conviene exagerar. Un estudio de Duet Partners muestra que las startups que lo hacen una o dos veces logran un crecimiento de usuarios 3.6 veces superior y tienen más del 50% menos probabilidad de escalar prematuramente que aquellas que no dan ningún giro o que lo hacen más de dos veces.
Estos datos demuestran que la forma en la que abordas un giro es crucial. Como señala Harvard Business Review, equivocarse puede tener importantes consecuencias, que incluyen desde desperdiciar tiempo y recursos hasta desviar a tu equipo en una dirección poco productiva.
Antes de dar un giro, pregúntate por qué lo estás considerando. ¿Estás cediendo ante presiones externas? ¿Hay demasiada competencia? ¿Surgió una nueva oportunidad?
Estas pueden ser razones válidas para girar, pero no siempre lo son. Cuando Google entró al mercado de formularios en línea, me preocupé mucho: ¿cómo podría competir mi entonces incipiente empresa, Jotform, con uno de los gigantes tecnológicos más poderosos del mundo? Mentiría si dijera que no consideré cambiar de rumbo, y la idea de escapar hacia un territorio inexplorado, donde las grandes empresas de software aún no habían llegado, resultaba bastante tentadora.
Pero me mantuve firme, y fue bueno hacerlo. No solo sobrevivimos a la entrada de Google en el mercado, sino que prosperamos. Eso fue posible porque hacemos formularios realmente buenos. Cuando encuentres una idea que funciona, no la deseches por miedo. Evalúa qué es lo que hace único a tu producto, ejecuta con excelencia y enfócate en los datos, no en la competencia.
Sigue al mercado
Dar un giro no es lo mismo que perseguir una moda pasajera. Hay una forma sencilla de distinguir entre ambas cosas: pregúntate si el cambio que estás considerando está pensado para servir mejor a tus clientes o si se trata simplemente de alimentar tu propio ego.
Muchos emprendedores esperan que su producto revolucione toda una industria, como lo hicieron Amazon o Google. No sugiero seguir esa vía, pero hay una "proporción óptima" cuando se trata de identificar el mercado adecuado. Un mercado pequeño implica que probablemente no tengas grandes competidores y que tu negocio pueda crecer junto con el mercado —siempre y cuando ese crecimiento realmente ocurra. Pero si el mercado es demasiado pequeño, no habrá espacio para crecer. En ese caso, tendrás que ajustar tu producto —es decir, dar un giro— para atender a un mercado más amplio.
Para mantenerte al día con lo que quieren los clientes, actúa como un antropólogo. Durante la pandemia vimos muchos ejemplos de empresas que anticiparon que las necesidades de las personas cambiarían y buscaron conectar con sus clientes en consecuencia. Algunas incorporaron opciones de chat en vivo en sus sitios web; otras añadieron formularios al final de sus boletines para recopilar comentarios de manera efectiva. Averigua dónde está el mercado, qué es lo que realmente quieren los clientes y empieza desde ahí.
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Considera la IA
El auge de la inteligencia artificial generativa ya está en marcha, y los líderes deben pensar en cómo integrarla en sus servicios. Pero quienes recuerdan los inicios de la era dotcom y sus múltiples fracasos (Pets.com es un ejemplo clásico) comprenden la importancia de avanzar con cautela.
En su nuevo libro, Pivot or Die: How Leaders Thrive When Everything Changes (Gira o muere: cómo prosperan los líderes cuando todo cambia), el autor Gary Shapiro sostiene que los líderes que no actúan frente a la IA corren el riesgo de quedarse obsoletos casi de inmediato. Y aunque la IA generativa sea una tecnología nueva, todavía podemos aplicar lecciones del pasado. Shapiro sugiere que las empresas utilicen sus fortalezas principales como punto de partida y busquen oportunidades que puedan ejecutar tanto a corto como a largo plazo.
"Creo que esta época pasará a la historia como una de transformación radical en tecnología, innovación y oportunidades para que las personas hagan cosas asombrosas", afirma. "El futuro requiere mucha reflexión, opiniones… saber adónde queremos llegar, en qué queremos apostar y cuánto estamos dispuestos a arriesgar".
No existe una fórmula universal para determinar cuándo dar un giro o en qué dirección hacerlo. Pero a medida que el mundo entra en una nueva era tecnológica, llena de promesas y riesgos, los líderes deben reflexionar profundamente sobre qué tan preparados están para tomar decisiones audaces y comprender claramente por qué lo están haciendo.